Mezclas forrajeras: Una manera de prolongar la vida útil de un potrero
27 de enero de 2025
22:27

Innovación en mezclas forrajeras: soluciones adaptadas a cada región del Perú para maximizar la producción y calidad de forraje, fortaleciendo el desarrollo sostenible de la ganadería.
La ganadería a pastoreo es un sistema de producción que basa su eficiencia y rentabilidad en la mayor oferta de forraje de calidad durante el ciclo de lluvias, que comienza en primavera y finaliza en otoño. Este ciclo es común en el 95% de los predios dedicados a esta actividad en Perú y en gran parte del mundo. La principal variación radica en la duración del ciclo de lluvias, que puede ser corto (como en Puno, con tres meses) o largo (como en Cajamarca, con siete meses).
El forraje, medido preferentemente en toneladas por hectárea (ton/ha) y en su contenido de materia seca, debe traducirse en litros de leche por hectárea durante el ciclo anual. La idea central de este sistema es obtener la mayor cantidad posible de litros de leche por hectárea.

El éxito de un sistema de producción a pastoreo depende de diversos factores, entre los cuales destacan tres principales:
- Las variedades seleccionadas.
- El manejo de entrada y salida de animales.
- El descanso que se da durante la temporada seca.
Las mezclas forrajeras consisten en la siembra conjunta de dos o más especies en una misma área, pudiendo ser estas una combinación de gramíneas, leguminosas, brásicas, hierbas forrajeras u otras. El objetivo principal es potenciar la producción, disponibilidad y calidad del forraje en comparación con el uso de una sola especie o cultivo. Generalmente, se emplean mezclas de dos o tres especies o cultivares.
Al conocer las características del ciclo de lluvias, el tipo de suelo y las temperaturas de cada región, se deben seleccionar las variedades a utilizar, buscando siempre aquellas que combinen las mejores características de cada especie. Estas características incluyen:
- Una especie que crezca rápidamente en primavera.
- Una especie que resista el pisoteo, por lo tanto, que produzca muchos macollos.
- Una que soporte períodos de inundación prolongados.
- Una que se mantenga lo más posible al inicio de la temporada seca.
- Una que aporte proteína.
- Una que aporte minerales esenciales.
Es difícil obtener todas estas características en una sola mezcla o en un solo producto comercial, pero los ganaderos pueden lograrlo directamente al momento de la instalación.
Si observamos las características mencionadas, es probable que una sola especie tenga solo una o, como mucho, dos de ellas. Cabe destacar que la mezcla es fundamental en un sistema de pastoreo, ya que los sistemas de producción basados en una sola especie están más relacionados con sistemas estabulados en base a pasturas.
Algunos aspectos relevantes del uso de mezclas forrajeras:
- Larga vida: El objetivo de una mezcla forrajera es que sea perenne, es decir, que no tenga un período de caducidad que requiera volver a trabajar el suelo y sembrar nuevamente. Solo se debe resembrar anualmente las áreas del potrero que hayan sido dañadas por el pisoteo de los animales. De esta manera, es posible implementar un sistema de pastoreo combinado con labranza mínima.
- Sinergia entre competidores: Dado que las especies compiten entre sí por luz y espacio, esto resulta beneficioso y se traduce en una mejor producción forrajera. Además, se complementan entre sí, como ocurre con las leguminosas, que aportan nitrógeno al suelo, y las gramíneas perennes, como la festuca, que proporcionan soporte a las leguminosas para resistir el pisoteo constante.
- Nutrición completa: Las gramíneas aportan almidón y fibra, las leguminosas proporcionan proteína, y las brásicas ofrecen elementos esenciales como vitaminas y minerales.
Menor costo: Al contar con una mezcla forrajera que proporciona nutrición completa, los animales en producción no requieren suplementos adicionales, lo que reduce los costos asociados a la compra de estos productos, su transporte al predio y el uso de instalaciones, maquinaria y mano de obra.

La ganadería a pastoreo afecta directamente al sector más pobre del Perú. En los últimos años, su productividad ha mejorado considerablemente gracias a programas de apoyo que proporcionan semillas a cambio de mano de obra. Esto ha permitido que los ganaderos, especialmente en la zona andina del Perú, hagan uso de semillas forrajeras en lugar de depender del pastoreo sobre pastos naturales de bajo valor nutritivo. El uso de mezclas forrajeras debe ser el siguiente paso por desarrollar y difundir, especialmente para incrementar la productividad en litros de leche o carne por hectárea.